martes, 31 de marzo de 2009

6

Intentó dormir, pero no podía. Se preguntó ¿qué era el sueño? ¿una bendición, una tregua de la vida, un eco de la muerte, un mal necesario? Fuera lo que fuese en una ocasión él había cedido a ella y aunque solo formase parte de un nombre más había sentido su cabeza en su hombro, le había observado mientras dormía. A veces estaba cansada, le rendía el sueño, pero se negaba a dormir, tenía la impresión de que si dormía, todo desaparecería, pero de lo que estaba segura, es de que una vez lo sintió en ella. Amaba una ilusión, un fantasma, un juego ¿cómo podía amar un juego? Y sin embargo, lo amaba, aunque hacía tiempo que sabía que jamás sería suyo, que lo tendría las veces que quisiera, que quizá tendrían encuentros esporádicos, pero jamás sería enteramente de ella, por mucho que se empeñara en seguir el juego. El era algo que no podía definir exactamente.

Le dolían los ojos de querer dormir y no poder, y además seguía teniendo frío..., otra eternidad y sonó el reloj. Al final el sueño la venció......

martes, 24 de marzo de 2009

5

Subió la vieja escalera, esa vieja escalera que tantas veces había subido o bajado o que simplemente había servido para esperarle cuando él no estaba en casa. En el rellano se cruzó con una vieja que le dio las buenas noches y clavó sus arrugados y cansados ojos en ella, tal vez preguntándose donde iría. Metió la llave en la cerradura y nada más abrir, percibió ese olor penetrante a pintura, ese olor que ya era familiar para ella. Acabada de entrar en su mundo, en otra dimensión. Encendió la luz y de un solo vistazo pudo comprobar que todo estaba en su sitio como otras veces, que nada había cambiado desde la última vez, todo tenía el mismo orden, no había nada que estuviera en disonancia: el caballete, las dos sillas, la mesa de dibujo, el taburete, sus plantas, sus carpetas de dibujo, el estuche de pinturas y sobre todo sus cuadros. Sintió frío así que se dispuso a conectar la estufa portátil, que aunque no daba mucho calor templaría el ambiente.

Entró en la habitación contigua y al igual que la otra todo estaba en orden: la cama, el armario, alguna escultura y el cuadro que presidía la cabecera de la cama; el cuadro con las sandalias que eran suyas, la tierra que era su tierra. Este cuadro según le oyó decir a él era:
- " mi realidad, el blanco es mi ilusión y lo oscuro es la oscura muerte de todos. El cuadro no es simbólico. Es el concepto que se desprende de lo real, concepto del hombre con sus pies atados a la tierra. Concepto de un final de ser y concepto de un deseo de subsistir –"
Instintivamente abrió un cajón del mueble por si había alguna novedad; simplemente un décimo de lotería, una quiniela y una nueva caja de preservativos eran la única novedad. Vio una carpeta ce dibujos y las manos se le fueron a hojear entre los bocetos, los dibujos. Había que reconocer que tenía estilo, que se entregaba mucho en cada dibujo, en cada boceto, sabía lo que hacía, había dibujos muy interesantes.

Lentamente descubrió la cama y procedió a abrir de nuevo el armario en busca de un pijama, (de su pijama) allí estaba su ropa, toda muy ordenada. Miró la cama y le pareció enorme y fría, ni siquiera el calor de la estufa conseguía calentar el ambiente.

Esa noche no estaría, marcho a seguir jugando al juego de seductor. Apenas hacía unas horas que le había visto marchar y en su fuero interno ya le echaba de menos, esa noche su cama estaría fría, no tendría quien le calentase los pies fríos, no sentiría su irregular respiración, sus sobresaltos a media noche. No le sentiría a él.....

martes, 17 de marzo de 2009

4

Cada uno tomó una dirección, pero ella instintivamente volvió la cabeza para ver su espalda confundida con la demás gente, su espalda, que era lo único que recordaba con más nitidez y esto era porque su relación era una constante despedida. Antes de volver la esquina se detuvo un momento más para ver como cada vez su silueta se hacía más y más pequeña, hasta que dejó de verse, algo la devolvió al mundo de los ruidos.

Estuvo dando vueltas por las calles sin rumbo fijo durante mucho tiempo. Había un hotel que causaba su admiración. El aparcamiento que había frente a la entrada principal estaba lleno de automóviles impecables; tenía tal aire de lujo que ella, aun sin entender casi nada de coches extranjeros, reconoció las prestigiosas marcas. Ante la entrada, sombreada por una marquesina, un portero de uniforme dorado sacaba maletas de piel de un coche; pasó junto a él sin advertir la mirada inquisidora de sus ojos oscuros. A la caída de la noche, con mucho frío y ninguna estrella en el cielo, puso rumbo a su casa, (a la de él) para encerrarse entre cuatro paredes, en su mundo mágico.....

jueves, 12 de marzo de 2009

3

Se había citado en el bar cercano a la casa de él, para poder pasar la noche, para mendigar cobijo de nuevo. La tarde estaba tormentosa, en el cielo había unos nubarrones amenazando lluvia que no le gustaron nada; era sábado y en la calle el tráfico era demasiado fluido para las horas que eran, pero al parecer cada cual quería huir de la tormenta. Ella también inconscientemente aligero el paso, no tenía excesiva prisa, pero algo por dentro le gritaba que se diese prisa.

Entró en el bar, estaba muy concurrido, tal vez por el mal tiempo, intentó buscar por entre las cabezas a la persona que andaba buscando; estaba sentado al fondo en un rincón casi escondido. Cuando le vio su actitud cambió, notó malos augurios y raras veces solía equivocarse; se sentó y empezó a experimentar una terrible sensación de ahogo, de vacío; de nuevo su mente le estaba jugando la mala pasada de quedarse en blanco como si estuviese desconectada.

Miró en un rincón a una parejita de viejos que estaban comiendo sin apenas darse cuenta del bullicio que había a su alrededor; era gracioso ver como ella estaba pendiente de él, con su cariño tierno y protector a la vez, con esas miradas tiernas que lo dicen todo; en su mesa no había nada de eso, simplemente silencio, a veces roto por un monosílabo como respuesta a alguna pregunta sin sentido. Apenas habían transcurrido cinco minutos y ya se estaba arrepintiendo de haber ido.

El estaba tan impecable como cada sábado, era día de “cumplimiento” y la ocasión no era para menos, por la noche le esperaba el desenfreno, la juerga, que como siempre terminaría con un preludio amoroso y no precisamente con ella, nunca con ella.

De momento no le había negado el cobijo, al parecer en esta ocasión no había excusas, pero el ambiente estaba tenso, forzado, así que opto por coger las llaves y marcharse. Un frío ¡Adiós¡ “- que descanses -“ fueron sus únicas palabras y algo de nuevo había cambiado en ella, ya no se sentía igual que cuando iba a reunirse con él.....

lunes, 9 de marzo de 2009

2

Ella pensaba que había gente que se valía de una coraza y se excusaban diciendo: - “no quiero engañar a nadie”- ¿engañar a quién? ¿engañar por qué? Y sobre todo ¿ quién engaña a quién?. Sus ideas a este respecto estaban muy claras: ella amaba la libertad y jamás entraba dentro de sus planes coartar la libertad de nadie; claro que todas estas teorías que circulaban por su cabecita no sabía expresarlas con palabras, simplemente estaban ahí en su mente, y cuando las cosas no funcionaban a la reciproca, difícilmente puede establecerse un diálogo coherente entre dos personas.

El sabía que estaba enamorada y ella ni siquiera lo había sospechado, por lo menos hasta que se lo había dicho. La atraía, la había atraído desde el primer momento y se había convencido a sí misma de que no era más que eso: una atracción física. No sabía cuando se había convertido en amor, pero sí sabía que le amaba profundamente, con cada fibra de su ser. Su sola presencia la hacía vibrar de alegría, con la sensación de estar ebria después de haber bebido el mejor de los vinos.

La atracción física existía como un tormento, pero era parte de algo más fuerte aún, algo que la llenaba con una música dulce y silenciosa.......

martes, 3 de marzo de 2009

1

Se sentía cansada, terriblemente cansada, su vida era una continua pesadilla, llena de tensiones; apenas recordaba lo que era relajarse, abandonarse y disfrutar de lo que tantas veces anhelaba. De un tiempo a esta parte su vida no dejaba de ser un desorden, un caos, un ir y venir sin rumbo fijo, de divagaciones que hacía que creciese su desconcierto y su inestabilidad, hasta en algunas ocasiones llegó a pensar si sus facultades metales funcionaban a pleno rendimiento.

Últimamente no dejaba de preguntarse por qué esta sociedad sentía una especie de inconsciencia resistencia a comprometerse, a encasillar el futuro en una relación normal, de base permanente. Acostarse hoy con una, mañana con otra; ¿por qué lo pide la naturaleza y nada más, igual que comer, igual que bañarse, igual que ir al water?....