domingo, 27 de septiembre de 2009

PRESENTIMENTOS

Creo en las casualidades.......
Hace un año te conoci en una entrega de premios, nuestra relación ha sido un poco ambigua, con idas y venidas y sin nada concreto, desde marzo te perdi la pista porque no tenias ni un minuto libre para tomar un cafe y charlas de lo divino y de lo humano.
Hoy mientras me estaba vistindo para volver a asitir a la entrega de premios, volvistes a mi mente (sin que en ningun momento te hubiese olvidado) pense en la posibilida de volver a verte, pero yo misma negue esa posibilidad.........
En la entrada te vi ( y me consta que tu me vistes) no podia ser¡¡¡¡¡ me he dicho a mi misma que no te saludaria como tu no lo hicieras, en el teatro tu palco estaba situado de tal manera que yo podia verte, te miraba de reojo, ha sido como retroceder en el tiempo...........
Despues en un ambiente más distentido, con todo el ajetreo y las copas, te has acercado......... ¡¡¡¡que sorpresa¡¡¡¡¡ pero veo que no ha cambiado nada, que sigues en tu mundo de salvarnos a todo del los multiples peligros que nos rodea......que hipocrita por tu parte que despues de tanto tiempo me dijeras que ayer me pensabas llamar...
De que extraña manera hay personas que sin ganarselo se acomodan en nuesto interior y se apoderan de todo nuestro ser, es una cosa muy dificil de explicar pero que suceden, y aunque no lo queramos siguen hay latente, aunque nosotros no lo sepamos.....

miércoles, 20 de mayo de 2009

lunes, 18 de mayo de 2009

HASTA SIEMPRE....



HASTA SIEMPRE.........

"LOS INFORMALES Y EL FRIO"

Mientras comían juntos y distantes y tensos
ella muy lentamente y él como ensimismado
hablaban con medida y doble parsimonia
de temas importantes y de algunos quebrantos

entonces como siempre o como casi siempre
el desvelo social condujo a la cultura
así que por la noche fueron al teatro
sin tocarse un ojal ni siquiera una uña

su sonrisa la de ella

era como una oferta un anuncio un esbozo
su mirada la de él
iba tomando nota de cómo eran sus ojos

y como a la salida soplaba un aire frío
y unos dedos muy blancos indefensos y tristes
apenas asomaban por la sandalia de ella
no hubo más remedio que entrar en un boliche

y ya que el camarero se demoraba tanto
llegaron cautelosos hasta la confidencia
extra seca y sin hielo por favor y fumaron
y entre el humo el amor era un rostro en la niebla

en sus labios los de él
el silencio era espera la noticia era el frío
en su casa la de ella
halló un café instantáneo y confianza y cobijo

una hora tan sólo de memoria y sondeos
hasta que sobrevino un silencio a dos voces
como cualquiera sabe en tales circunstancias
es arduo decir algo que realmente no sobre
el probó sólo falta que me quede a dormir
y ella también probó y por qué no te quedas
y él sin mirarla no me lo digas dos veces
y ella en voz baja bueno y por qué no te quedas

y sus labios los de él
se quedaron gustosos a besar sin usura
sus pies fríos los de ella
que eran sólo el comienzo de la noche desnuda

fueron investigando deshojando nombrando
proponiéndose metas preguntando a los cuerpos
mientras la madrugada y los temas candentes
conciliaban el sueño que no durmieron ellos

quién hubiera previsto aquella tarde
que el amor ese célebre informal
se dedicara a ellos tan formales

Mario Benedetti

martes, 12 de mayo de 2009

10

La noche fue muy larga y más cuando ella apenas durmió, no quería perderse ningún movimiento, ningún detalle de él. Notó como sus pies en un momento se enlazaron a los de ella y los sintió ardiente, seguro que quería comprobar si los suyos estaban fríos como otras noches, notó como cuando él se daba la vuelta se preocupaba de arroparla para que no sintiese frío, como se levantó dos veces. Pensó que en su vida (hasta conocerle a él) no se había despertado en la cama con otra persona, era en cierto modo algo más íntimo que el acto sexual, una indicación deliberada de lazos emocionales, una adhesión a él. Al final el sueño la venció y se quedó dormida con la cabeza apoyada en el cálido hombro de él.

Se despertó sobresaltada cuando vio que entraba una ráfaga de luz por entre las rendijas de la ventana, se levantó, cogió su ropa y salió de la habitación sin apenas hacer ruido, para no despertarle. Eran las once, demasiado tarde. Se vistió lo más deprisa posible y entró de nuevo en la habitación en penumbra. El yacía en el lecho, salió precipitadamente.

Cuando salió a la calle el sol estaba ya muy alto y hasta que no se metió en el subterráneo no tomó conciencia de los acontecimientos pasados. Algo le había sucedido en los últimos días, pues se daba cuenta de que había aprendido mucho y había tenido numerosas experiencias en poco tiempo. Ya no podría volver alegremente, al día sin preocuparse por el mañana. Había cambiado. Aquello la entristeció, pues despertó en ella sentimientos de pérdida, como si le hubieran amputado algún miembro sin pedirle permiso.

En el vagón, confundida con la gente observó a los viajeros que estaban cerca de ella y miró con curiosidad a un señor que estaba leyendo el periódico ajeno a lo que ocurría a su alrededor; llevaba un traje oscuro debajo de un mugriento gabán, le hacía gracia como se bamboleaba y le resultaba difícil estarse quieto con el vaivén...... Fin

lunes, 4 de mayo de 2009

9

Tímidamente, sin apenas haber cruzado dos palabras entro en la habitación contigua y sus ojos instintivamente se fijaron en la cama. No había nadie y respiró profundamente. Se respiraba un ambiente muy frío.

De una manera automática se desnudó y procedió a meterse en la cama sin siquiera mirarse, sin tocarse un ojal.
- “ En el armario tienes un pijama” – Es lo mismo – fueron sus únicas palabras. Intentó hacerse la dormida mientras él a su lado leía un libro. Trató de imitar la respiración de una persona dormida para que él creyese que estaba agotada. Al mucho rato apagó la luz y a oscuras le preguntó - ¿A qué hora te levantas mañana?- pero no contestó ella seguía fingiendo que dormía, pero ahora con los ojos abiertos. Volvió la cabeza e intentó verle el rostro, pero estaba demasiado oscuro, solo pudo sentir su cuerpo cerca de ella debajo de las sabanas.

Podía oír su respiración y respiró con avidez el aroma limpio y masculino que él desprendía, una irresistible combinación de jabón, loción para el afeitado y carne varonil, percibir su aroma tan personal. La mano de ella intentó tocarle por debajo de la ropa, pero desistió de su intento, no quería que él supera que ella aún estaba despierta....

miércoles, 22 de abril de 2009

8

Esa tarde la pasó angustiosa, dándole vueltas a una idea que le rondaba todo el día, pero estaba indecisa. Salió del edificio, tomó el autobús y sin saber como, se encontró en la calle donde vivía él. Cuando cruzó el umbral del portal se encontró con la cotilla de la portera, desde el principio le había caído mal. Y ya difícilmente cambiaría su opinión sobre ella, casi la odiaba. Cuando llegó al rellano de la escalera del último piso, llamo al timbre por miedo a encontrarse con alguna sorpresa, nada, no contestaba nadie. Insistió y obtuvo la misma respuesta. Con miedo y con la mano temblando introdujo la llave en la cerradura, intentó abrirla, pero para sorpresa de ella la llave se negaba a ceder; la luz del corredor se apagó, volvió al rellano y la encendió; en la puerta contigua se oían voces, sonidos de que alguien estaba celebrando una fiesta. Volvió aturdida a la puerta y volvió a llamar, pero nada, de nuevo intento abrir con la llave ¡nada¡. Empezó la angustia y los insultos mentales. ¿Por qué no podía abrir con la llave? ¿qué ocurría? ¿qué hacer? ¿dónde ir a esas horas de la noche...? Y de pronto oyó la respiración de alguien detrás de la puerta. Se abrió la puerta y ella pudo ver su rostro, una expresión de fastidio. Entro y empezó a encontrarse incomoda, fuera de lugar (como tantas veces) ¿Había alguien en la otra habitación? En su intimidad se sentía degradada. En un primer momento, esa habitación había sido un cálido refugio que había dado consuelo a su dolor. Pero últimamente, a medida que su soledad y su insatisfacción iban en aumento, se sentía encerrada en ella, como dentro de una prisión. Parecía simbolizar su fracaso. Noches de rabia y frustración seguirían a las noches de dolor y siempre aquella soledad, que se iba acentuando cada vez más, que la iba atormentando con el transcurso de las semanas. En aquel momento sólo deseaba salir de allí cuanto antes e irse a algún lugar donde pudiera estar sola, pero ¿cómo escapar? Allí seguía inmóvil, ¿Por qué surgen esas situaciones tan embarazosas? ¿Por qué esos momentos tan tensos?.....

jueves, 16 de abril de 2009

7

El día lo pasó en el hospital. Las horas allí se hacían interminables, parecían como si los relojes se hubiesen parado, y aún se hacía más interminable cuando se espera la llamada de alguien y ese alguien no llamaba. Ella siempre había necesitado que le demostraran afecto y el cariño de la gente, no se conformaba con saber que estaban ahí; en cierto modo agradecía que la mimasen, que estuviesen pendiente de ella, pero hay ocasiones en que la gente no se da cuenta y no sabe estar a la altura de las circunstancias. Ella ahora lo estaba pidiendo a gritos, pero sus lamentos no pasaban de su garganta, se ahogaban y sentía una rabia incontrolada al poder comprobar que se encontraba rodeada por personas que no interpretaban los sentimientos con la misma intensidad que ella.

De nuevo la sala se empezó a llenar de gente, de nuevo se podía oír el murmullo soñoliento y adormecedor. A su alrededor se formaban los habituales corrillos, cada cual contaba sus cosas a propios y extraños. Es increíble con que facilidad se pueden contar los problemas a personas que no conocemos de nada, pero al igual que la felicidad, el dolor puede unirnos a personas que tal vez no volvamos a ver en nuestra vida. Todo lo que veía a su alrededor le era ya familiar, había pasado tantas horas esperando que formaba parte de ella....

martes, 31 de marzo de 2009

6

Intentó dormir, pero no podía. Se preguntó ¿qué era el sueño? ¿una bendición, una tregua de la vida, un eco de la muerte, un mal necesario? Fuera lo que fuese en una ocasión él había cedido a ella y aunque solo formase parte de un nombre más había sentido su cabeza en su hombro, le había observado mientras dormía. A veces estaba cansada, le rendía el sueño, pero se negaba a dormir, tenía la impresión de que si dormía, todo desaparecería, pero de lo que estaba segura, es de que una vez lo sintió en ella. Amaba una ilusión, un fantasma, un juego ¿cómo podía amar un juego? Y sin embargo, lo amaba, aunque hacía tiempo que sabía que jamás sería suyo, que lo tendría las veces que quisiera, que quizá tendrían encuentros esporádicos, pero jamás sería enteramente de ella, por mucho que se empeñara en seguir el juego. El era algo que no podía definir exactamente.

Le dolían los ojos de querer dormir y no poder, y además seguía teniendo frío..., otra eternidad y sonó el reloj. Al final el sueño la venció......

martes, 24 de marzo de 2009

5

Subió la vieja escalera, esa vieja escalera que tantas veces había subido o bajado o que simplemente había servido para esperarle cuando él no estaba en casa. En el rellano se cruzó con una vieja que le dio las buenas noches y clavó sus arrugados y cansados ojos en ella, tal vez preguntándose donde iría. Metió la llave en la cerradura y nada más abrir, percibió ese olor penetrante a pintura, ese olor que ya era familiar para ella. Acabada de entrar en su mundo, en otra dimensión. Encendió la luz y de un solo vistazo pudo comprobar que todo estaba en su sitio como otras veces, que nada había cambiado desde la última vez, todo tenía el mismo orden, no había nada que estuviera en disonancia: el caballete, las dos sillas, la mesa de dibujo, el taburete, sus plantas, sus carpetas de dibujo, el estuche de pinturas y sobre todo sus cuadros. Sintió frío así que se dispuso a conectar la estufa portátil, que aunque no daba mucho calor templaría el ambiente.

Entró en la habitación contigua y al igual que la otra todo estaba en orden: la cama, el armario, alguna escultura y el cuadro que presidía la cabecera de la cama; el cuadro con las sandalias que eran suyas, la tierra que era su tierra. Este cuadro según le oyó decir a él era:
- " mi realidad, el blanco es mi ilusión y lo oscuro es la oscura muerte de todos. El cuadro no es simbólico. Es el concepto que se desprende de lo real, concepto del hombre con sus pies atados a la tierra. Concepto de un final de ser y concepto de un deseo de subsistir –"
Instintivamente abrió un cajón del mueble por si había alguna novedad; simplemente un décimo de lotería, una quiniela y una nueva caja de preservativos eran la única novedad. Vio una carpeta ce dibujos y las manos se le fueron a hojear entre los bocetos, los dibujos. Había que reconocer que tenía estilo, que se entregaba mucho en cada dibujo, en cada boceto, sabía lo que hacía, había dibujos muy interesantes.

Lentamente descubrió la cama y procedió a abrir de nuevo el armario en busca de un pijama, (de su pijama) allí estaba su ropa, toda muy ordenada. Miró la cama y le pareció enorme y fría, ni siquiera el calor de la estufa conseguía calentar el ambiente.

Esa noche no estaría, marcho a seguir jugando al juego de seductor. Apenas hacía unas horas que le había visto marchar y en su fuero interno ya le echaba de menos, esa noche su cama estaría fría, no tendría quien le calentase los pies fríos, no sentiría su irregular respiración, sus sobresaltos a media noche. No le sentiría a él.....

martes, 17 de marzo de 2009

4

Cada uno tomó una dirección, pero ella instintivamente volvió la cabeza para ver su espalda confundida con la demás gente, su espalda, que era lo único que recordaba con más nitidez y esto era porque su relación era una constante despedida. Antes de volver la esquina se detuvo un momento más para ver como cada vez su silueta se hacía más y más pequeña, hasta que dejó de verse, algo la devolvió al mundo de los ruidos.

Estuvo dando vueltas por las calles sin rumbo fijo durante mucho tiempo. Había un hotel que causaba su admiración. El aparcamiento que había frente a la entrada principal estaba lleno de automóviles impecables; tenía tal aire de lujo que ella, aun sin entender casi nada de coches extranjeros, reconoció las prestigiosas marcas. Ante la entrada, sombreada por una marquesina, un portero de uniforme dorado sacaba maletas de piel de un coche; pasó junto a él sin advertir la mirada inquisidora de sus ojos oscuros. A la caída de la noche, con mucho frío y ninguna estrella en el cielo, puso rumbo a su casa, (a la de él) para encerrarse entre cuatro paredes, en su mundo mágico.....

jueves, 12 de marzo de 2009

3

Se había citado en el bar cercano a la casa de él, para poder pasar la noche, para mendigar cobijo de nuevo. La tarde estaba tormentosa, en el cielo había unos nubarrones amenazando lluvia que no le gustaron nada; era sábado y en la calle el tráfico era demasiado fluido para las horas que eran, pero al parecer cada cual quería huir de la tormenta. Ella también inconscientemente aligero el paso, no tenía excesiva prisa, pero algo por dentro le gritaba que se diese prisa.

Entró en el bar, estaba muy concurrido, tal vez por el mal tiempo, intentó buscar por entre las cabezas a la persona que andaba buscando; estaba sentado al fondo en un rincón casi escondido. Cuando le vio su actitud cambió, notó malos augurios y raras veces solía equivocarse; se sentó y empezó a experimentar una terrible sensación de ahogo, de vacío; de nuevo su mente le estaba jugando la mala pasada de quedarse en blanco como si estuviese desconectada.

Miró en un rincón a una parejita de viejos que estaban comiendo sin apenas darse cuenta del bullicio que había a su alrededor; era gracioso ver como ella estaba pendiente de él, con su cariño tierno y protector a la vez, con esas miradas tiernas que lo dicen todo; en su mesa no había nada de eso, simplemente silencio, a veces roto por un monosílabo como respuesta a alguna pregunta sin sentido. Apenas habían transcurrido cinco minutos y ya se estaba arrepintiendo de haber ido.

El estaba tan impecable como cada sábado, era día de “cumplimiento” y la ocasión no era para menos, por la noche le esperaba el desenfreno, la juerga, que como siempre terminaría con un preludio amoroso y no precisamente con ella, nunca con ella.

De momento no le había negado el cobijo, al parecer en esta ocasión no había excusas, pero el ambiente estaba tenso, forzado, así que opto por coger las llaves y marcharse. Un frío ¡Adiós¡ “- que descanses -“ fueron sus únicas palabras y algo de nuevo había cambiado en ella, ya no se sentía igual que cuando iba a reunirse con él.....

lunes, 9 de marzo de 2009

2

Ella pensaba que había gente que se valía de una coraza y se excusaban diciendo: - “no quiero engañar a nadie”- ¿engañar a quién? ¿engañar por qué? Y sobre todo ¿ quién engaña a quién?. Sus ideas a este respecto estaban muy claras: ella amaba la libertad y jamás entraba dentro de sus planes coartar la libertad de nadie; claro que todas estas teorías que circulaban por su cabecita no sabía expresarlas con palabras, simplemente estaban ahí en su mente, y cuando las cosas no funcionaban a la reciproca, difícilmente puede establecerse un diálogo coherente entre dos personas.

El sabía que estaba enamorada y ella ni siquiera lo había sospechado, por lo menos hasta que se lo había dicho. La atraía, la había atraído desde el primer momento y se había convencido a sí misma de que no era más que eso: una atracción física. No sabía cuando se había convertido en amor, pero sí sabía que le amaba profundamente, con cada fibra de su ser. Su sola presencia la hacía vibrar de alegría, con la sensación de estar ebria después de haber bebido el mejor de los vinos.

La atracción física existía como un tormento, pero era parte de algo más fuerte aún, algo que la llenaba con una música dulce y silenciosa.......

martes, 3 de marzo de 2009

1

Se sentía cansada, terriblemente cansada, su vida era una continua pesadilla, llena de tensiones; apenas recordaba lo que era relajarse, abandonarse y disfrutar de lo que tantas veces anhelaba. De un tiempo a esta parte su vida no dejaba de ser un desorden, un caos, un ir y venir sin rumbo fijo, de divagaciones que hacía que creciese su desconcierto y su inestabilidad, hasta en algunas ocasiones llegó a pensar si sus facultades metales funcionaban a pleno rendimiento.

Últimamente no dejaba de preguntarse por qué esta sociedad sentía una especie de inconsciencia resistencia a comprometerse, a encasillar el futuro en una relación normal, de base permanente. Acostarse hoy con una, mañana con otra; ¿por qué lo pide la naturaleza y nada más, igual que comer, igual que bañarse, igual que ir al water?....